Volkswagen: el nacimiento de un imperio


Durante la Segunda Guerra Mundial, la industria automotríz tuvo un fuerte golpe, muchas de las plantas fueron tomadas por los ejércitos y dedicadas a su servicio según fueran las necesidades. Usualmente éstas eran utilizadas para desarrollo y construcción de material bélico. Muchas veces, en el peor de los casos, muchas otras fueron atacadas y destruidas.

Ante este desolador y dramático escenario, la industria se vió en un momento de “standby”, producto de estos acontecimientos nefastos. Sin embargo, paradójicamente el cabecilla de todo esta gestión en la época, Adolfo Hitler, tenía en mente un interesante proyecto automotriz. Este consistía en lanzar para su país Alemania, un vehículo de bajo costo, un “auto popular” que fuese accesible a los ingresos de una familia promedio.

Fué ahí donde el ingeniero austríaco, Ferdinand Porsche entró como pieza importante a la hora de desarrollar dicho plan. Algunas de las ideas sobre este vehículo popular, eran el transportar cuatro adultos, además de contar con un motor enfriado por aire, con economía en consumo de combustible y con una capacida de velocidad de hasta 100 km/h.

Con la ayuda financiera del estado alemán, Ferdinand Porsche se puso manos a la obra, llegando pronto a tener listo un prototipo, llamado Tipo 60. El vehículo que tenía mucho de lo que se buscaba, sirviendo para hacer una serie de pruebas de Ingeniería. Seguido ha este, se contruyeron tres modelos más: el V1, el V2, y el VW3. Todos prototipos, contenían las ideas de lo que realmente vendría a ser algo más concreto de lo que se buscaba. De estos diseños, se construyó otro llamado el Tipo 30, con la particularidad de no poseer ventana trasera. Este ultimo fué presentado a Hitler, quien dió la aprobación para la fabricación en serie. Esto lo llevó a considerar la construcción de su planta de producción.

En el año de 1938, es presentado finalmente el Volkswagen (Auto del Pueblo), cuyo nombre dado por Adolfo Hitler fué, KDF-Wagen (siglas de Kraft Durch Freude – “A la Fuerza por la Alegría”), sin embargo el nombre no fué utilizado, más que por los propios Nazis, en Alemania. Inclusive la misma fabrica de VW, se le conocía simplemente como Volkswagen. Adicionalmente al KDF-Wagen, Porsche diseñó otros vehículos para uso militar, basados en la plataforma del KDF-Wagen, como fueron el Kubelwagen, Schewimmwagen y el Tipo 87.

Después de este breve repaso, podemos ver, como de un momento de crisis y donde para muchos en la industria automotríz era la peor de las pesadillas; contrariamente para el caso de Ferdinand Porsche fué el nacimiento de su sueño. Puesto que durante su vida, había intentado diseñar varios vehículos, pero ninguno con el suceso del Volkswagen.

Algunos historiadores y biógrafos mencionan que Ferdinand Porsche no comulgaba con las politicas e ideología Nazí. Sin embargo, ante un panorama como Segunda Guerra Mundial, el ingeniero hábilmente supo ocultar sus ideologías, colaborando con Hitler en pos también de un sentimiento de supervivencia.

Al finalizar la Segunda Guerra Mudial, los militantes Nazis y sus colaboradores, fueron en la medida de lo posible apresados y juzgados por sus crimenes de guerra entre otros. Esta situación involucró al ingeniero Porsche, purgando varios años de prisión. Al salir, vió como las calles no solo de Alemania, sino de Europa estaban llenas de autos Volkswagen, además de modelos derivados del mismo, como lo fueron los llamados, Type 2, que vienen a ser todas las microbuses, utilitarios e incluso hasta improvizados pick-ups.

Quizás, sospechando maravillado del éxito cosechado por su Volkswagen, el ingeniero logró ser testigo del nacimiento de un nuevo imperio, una marca que no solo sobreviviría a una de las guerras más atroces en la historia de la humanidad, sino que marcaría un antes y un después en el desarrollo de la industria automotriz.

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